viernes, 22 de noviembre de 2013

PRIMERA PALADA DEL NUEVO CENTRO DE REUNIONES DE LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS EN SAN FERNANDO

EL PRÓXIMO 27 DE NOVIEMBRE DE 2012 A LAS CINCO DE LA TARDE LA CIUDAD DE SAN FERNANDO SERÁ TESTIGO DEL NUEVO CENTRO DE REUNIONES QUE  EMPEZARÁ A CONSTRUIR LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS .  ESTÁN INVITADAS TODAS LAS PERSONAS QUE QUIERAN ASISTIR A DICHO ACTO EN C/ ALMIRANTE J.M. PERY JUNQUERA (ESQUINA CON C/ ARQUITECTO TORCUATO CAYÓN. LA CONSTRUCCIÓN TIENE PREVISIÓN DE REALIZARSE DURANTE UNOS VEINTE MESES. ESTE EDIFICIO NO SOLAMENTE SERVIRÁ COMO LUGAR DE ADORACIÓN PARA LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA DE JESUCRISTO, TAMBIÉN SERÁ UN LUGAR PARA ACTIVIDADES Y PARA DAR SERVICIO A LA COMUNIDAD.










sábado, 16 de marzo de 2013

EL SACRIFICIO Y LA SANTA CENA


LA ÚLTIMA CENA


LAS RAZONES BÍBLICAS PARA CONCLUIR QUE CRISTO USABA EL JUGO NO-FERMENTADO


El motivo de esta exposición previa fue de dar un panorama corto de las evidencias históricas para tratar de determinar así cuál era el contenido probable en la copa de Cristo esa noche. Pero, a pesar del interés y de la utilidad que esa investigación puede tener para nosotros, hay que recordar que Cristo no solía siempre de seguir las tradiciones de los judíos. Con frecuencia les reprendía por haber inventado las tradiciones que hacen nulo la palabra de Dios (véase Mateo 15:9). Por eso, aun si fuera una tradición para algunos de los judíos del tiempo de Cristo de usar el vino fermentado, esto no quiere decir necesariamente que eso fue lo que Cristo tuvo en su copa. Recuérdese, la ley de Moisés no había mandado el uso de la copa en la cena de la pascua. Eso fue una tradición tardía. Entonces, no sería una sorpresa si Cristo hubiera modificado eso que fue nada más que una costumbre entre los judíos.
Creo que existen varias razones bíblicas para concluir que Cristo a lo mejor no hubiera usado el vino fermentado para la cena del Señor:
1) El narrativo de la última cena de Cristo con sus discípulos no corresponde precisamente a una seder de la pascua como suelen de celebrar los judíos. El erudito Bo Reicke señala que Cristo no celebraba la cena pascual normal. (Por ejemplo, no comió del cordero asado.) Sin embargo, Reicke luego dice que Cristo sí anticipaba algunos de los elementos que se solían de usar en ese tipo de cena, incluso la copa (Bo Reicke, The New Testament Era: The World of the Bible From 500 B.C. to A.D. 100 [La Era Neotestamentaria: El Mundo de la Biblia Desde 500 a.C. a 100 d.C.], Fortress Press, pp. 180-182). El punto es que esa cena fue única entre las otras pascuas de los judíos. Así que, aun si se pudiera concluir con certeza que todos los judíos siempre usaron el vino fermentado en la seder para la pascua, esto no quiere decir que Cristo lo hizo también.
2) La ley de Moisés había prohibido el uso de la levadura y el leudado durante esa semana de la fiesta. La ley prohibió hasta la presencia en la casa del seor (levadura, giste, o lo que produce la fermentación) (Exodo 12:15). Además, la ley prohibió para esa semana la presencia de chametz en la casa. Esa palabra hebrea, chametz, significa «el leudado» (Exo. 12:15; 13:7). Sabemos que el vino fermentado es producto del gisto en el zumo de la uva y sus reacciones químicas con los azúcares naturales del zumo. El proceso de leudar una masa de pan por la levadura es esencialmente lo mismo que el proceso de fermentar el jugo de la uva. Es cierto que Cristo lo hubiera conocido.
Los judíos se discutieron entre sí al respecto. El Mishnah indica la tradición de una búsqueda por toda la casa como preparativo para la semana de la pascua para quitar el chametz (el leudado), incluso las bebidas fermentadas hechas por los granos. No obstante, los rabís españoles, Maimonides y Bartenora, trataron de argumentar en sus comentarios sobre el Mishnah del siglo 12 que la prohibición del chametz sólo se extendió a las bebidas hechas de granos y no de aquellas hechas de frutos, porque «el licor del fruto no engendra la fermentación, sino la acidez» (Chametz Vematzah, 5,1, 2, citado en Bacchiocchi, p. 160). Por supuesto que sabemos que esos rabís españoles estuvieron equivocados de eso. El zumo de frutos produce la fermentación igual como el zumo sacado de los granos. Parece que hicieron esta distinción sólo para defender su tradición favorita en vez de explicar exactamente el significado del chametz que estuvo prohibido por la ley.
La levadura y el leudado fueron símbolos de la corrupción (véase Mateo 16:6). Por eso, Pablo nos exhorta en cuanto a la Cena, «Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros» (1 Cor. 5:7). Por eso, ¡es difícil concebir del Cristo Santo y Sabio usando una bebida fermentada (leudada) para simbolizar su propia sangre!
3) Además, es difícil concebir del Santo y Sabio Cristo usando el vino alcohólico para un propósito tan alto y tan sagrado. La ley de Moisés había prohibido el uso de las bebidas fuertes para los sacerdotes que cumplieron sus servicios en el tabernáculo o en el templo. Levítico 10:9,10 dice: «Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será para vuestras generaciones, para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio.» Se repite tal prohibición para el templo en Ezequiel 44:21. ¿Cómo es que el Cristo pudiera haber bebido el vino (fermentado) en la pascua con sus discípulos, acción que fue prohibida para los sacerdotes en el tabernáculo y el templo? ¿Por qué esa prohibición? «para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio» (Lev. 10:9,10). Ciertamente los emblemas de la Cena del Señor son lo santo y lo limpio para el cristiano. De hecho, es pecado participar de la Cena, «sin discernir el cuerpo del Señor» (1 Cor. 11:29). Pero, ¿cómo pudieran haber discernido el cuerpo del Señor los discípulos de la última cena si hubieran usado cuatro copas llenas del vino alcohólico? Cada copa contenía por lo menos 10 onzas en la cena de la pascua (Edersheim, pp. 485-486). De hecho, aunque el Misnah permite el uso de más de cuatro copas durante la cena de la pascua, no las permite entre la tercera y la cuarta copa. ¿Por qué? Contesta la nota de los rabís, «De modo que se mantenga sobrio por el tiempo suficiente para cumplir el servicio» (El Mishnah, ed. Lipman, p. 105, n. 3). Es increíble pensar que Cristo hubiera bebido una bebida alcohólica que le pudiera haber afectado así, ¡ni siquiera si fuese sólo hasta cierto punto de la embriaguez!
4) ¿Podemos creer que Cristo hubiera ordenado una actividad permanente en su iglesia que requiera el uso continuo de una bebida fuerte? Proverbios 23:31-32 le advierte al hombre sabio: «No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente; Mas al fin como serpiente morderá, y como áspid dará dolor.» Si uno no debe de mirar al vino en ese estado, ¿cuánto menos ha de beberlo en ese estado? Desde luego, el autor inspirado está dando este consejo para el sabio. Hemos de buscar por la sabiduría aun bajo el Nuevo Pacto (Efesios 5:15-17, y en este contexto añade, «no os embriaguéis con vino...»). Cristo era hombre sabio. Ciertamente Cristo hubiera hecho caso a esa advertencia acerca del vino cuando rojea, y cuando resplandece su color en la copa. Esa es una apta descripción del resultado de la fermentación del vino (yayin). Sugiere que se puede mirar al vino (yayin) antes de que se rojee (es decir, en el estado no-fermentado), y es uno de varios indicios que la palabra «vino» (yayin, tirosh) en el Antiguo Testamento fue genérica. (El contexto determina si fuese un vino fermentado o no-fermentado. Es lo mismo en el Nuevo Testamento para «vino» [oinos].) ¿Hubiera hecho Cristo de esa sustancia, que es comparada a un veneno en Proverbios 23:29-35, el símbolo perpetuo de su sangre preciosa?
Habacuc 2:15 había declarado, «¡Ay del que da de beber a su prójimo! ¡Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le embriagas para mirar su desnudez!» ¿Podemos creer que el Cristo inmaculado les hubiera dado de beber a sus prójimos, sus discípulos, y a todo el mundo como estatuto perpetuo, una bebida alcohólica? Por supuesto, la biblia condena la embriaguez en general (Gál. 5:21; Efe. 5:18; 1 Cor. 6:10, etc.). El estado de estar embriagado es cuestión de grados. Uno que traga sólo un traguito del alcohol, ya está embriagado a la medida de «un traguito,» y uno que traga dos, a la medida de dos traguitos, etc. Por supuesto, uno que traga cuatro copas de vino de 10 onzas que copa (40 onzas) ¡estará embriagado a la medida de 40 onzas de vino! Nadie puede decir al que bebe el alcohol, «aquí está el punto cuando comienza la embriaguez.» La embriaguez es una condición progresiva. Por eso, el uso recreativo o social del alcohol va en contra de esos principios. ¿Por qué no iría en contra de esos principios el beber del vino fermentado para la Cena del Señor?
Las evidencias históricas para el tipo de fruto de la vid que los judíos solían de beber para la cena de la pascua, según sus propias tradiciones, son ambiguas. Pero, hemos visto algunos principios bíblicos que pueden ladear el platillo de balanza en contra del vino fermentado para la Cena del Señor. Hay que recordar que la biblia siempre es consecuente con sí misma. No se contradice a sí misma. Por eso, por medio de esos principios bíblicos, tenemos la presunción fuerte que Cristo no hubiera usado el vino fermentado para la Cena.
5) El hecho que la palabra «vino» (oinos) no es usada para la Cena indica que Cristo a lo mejor no usaba el vino alcohólico para instituirla. La frase «el fruto de la vid» (gennema tes ampelou) sugiere el producto natural de la viña, y no el resultado de un proceso de la fermentación. El historiador judío, Josefo, escribiendo en el griego, usó esta misma frase, «el fruto de la vid,» para referirse a un «vino» (gleukos) nuevamente expreso de un racimo de uvas por el copero del rey de Egipto (Flavio Josefo, Antiguitiesof the Jews [Las Antigüedades de los Judíos], Libro V, No. 2, trad. por William Whiston, Kregel, 1960, p. 48). Dos puntos sobresalen de ese cuento: 1) el «vino» bebido por el rey ese día fue, sin duda, el zumo fresco de la uva, expreso directo de las uvas en una copa; 2) ese «vino» (gleukos, griego) era llamado además «el fruto de la vid.» Aunque algunos judíos modernos dicen que el vino alcohólico fue llamado «el fruto de la vid,» este uso antiguo en Josefo en el primer siglo es indicio que se refería al jugo de la uva no-fermentado. En otros contextos, se llama «la copa» o «la copa de bendición.» Es como si la biblia se esmerara para usar cualquier otra descripción, menos «el vino,» para dar a entender que no fue una bebida alcohólica usada por Cristo.
De acuerdo con esas observaciones anteriores, creo humildemente que podemos concluir que Cristo probablemente no usaba el vino fermentado para ordenar la Sagrada Cena. Entonces, para estar seguros de cumplir el mandamiento como el quiere, es mejor no usar el vino alcohólico hoy día en la Cena del Señor.

ALGUNAS OBJECIONES
Algunos ponen la objeción que fue imposible preservar el jugo de la uva en un estado no-fermentado desde el tiempo de la cosecha de las uvas en agosto hasta la pascua en abril, sobre todo en un clima cálido como Palestina. Pero, esta objeción ignora muchas evidencias claras que demuestran que: 1) los antiguos sabían cómo preservar el jugo de la uva no-fermentado, por un tiempo largo, y 2) varios escritores antiguos destacaron cómo ese tipo de bebida fue preferible para mucha gente.
Por lo que podemos aprender de los escritos de algunos autores de la antigüedad, incluso antes y alrededor del tiempo de Cristo, existían por lo menos cuatro métodos para preservar el jugo de la uva:
1) Por la ebullición y condensación. Dr. Doug Baker observa: «El calor de la ebullición mató los gérmenes del gisto; además aumentó el contenido del azúcar del zumo. Para beber el jugo de la uva en esta manera, el agua fue añadido para desleír el jarabe a la consistencia requerida» (cita la evidencia de algunos autores antiguos, como Virgilio (70 a.C.), Georgics 1, 295-296; Columella, Sobre la Agricultura, 12, 20, 8, 12, 26, 1; Athenaeus, Banquete 1, 25; apoyadas por John Kitto, Cyclopedia of Biblical Litarature [Enciclopedia de la Literatura Bíblica], 1845 ed., s.v. “Passover” [Pascua], vol. 2, p. 477.; citado en Doug Baker, http://www.builders-of-faith.org/page9.html Remove fr., 30/01/03; además, véase William Patton, Bible Wines: Laws of Fermentation and Wines of the Ancients [Los Vinos de la Biblia: Las Leyes de la Fermentación y Los Vinos de los Antiguos], Star Bible & Tract, 1874, 1976, pp. 26-33).
Este método puede explicar porque se lee con tanta frecuencia de la mezcla de agua con el «vino» (oinos)No fue para menguar la potencia del alcohol, sino para desleír el jarabe hecho por la ebullición del zumo. Hoy día, en los climas cálidos de América Latina, se puede hacer lo mismo para preservar el jugo de la uva.
2) Por el almacenaje frío. Es interesante leer lo que escribió Marco Porcio Cato el Anciano (234-149 a.C.)elegido el censor de Roma en 184 a.C., en su único libro que sobrevive, De Agri Cultura CXX: «Si se desea tener el mosto (es decir, el jugo de la uva) por todo el año, poner el zumo de la uva en una ánfora (es decir, una vasija antigua de cuello) y calafatear el tapón con brea: hundirlo en una charca. Después de 30 días, sacarlo. Será el jugo de la uva por todo el año» (citado en Zondervan Bible Pictorial Dictionary [El Diccionario Bíblico Pictorial de Zondervan], Zondervan, 1963, p. 895, citado en The Christian and Social Drinking [El Cristiano y el Beber Social], Dan y Katherine Cooper, Bible & School Supply, 1979, p. 3.).
3) Por la filtración. Se podía separar el gluten o gisto del zumo por el colador. Plutarco en su Symposiacos 8, 7, explicó cómo se hacía, y comentó que tal «vino no inflama el cerebro ni infesta la mente y las pasiones» (citado en Patton, Bible Wines [Vinos de la Biblia], p. 34; y citado además por, Doug Baker,http://www.builders-of-faith.org/page9.html Remove fr., 30/01/03). Baker también cita a Plinio, Historia Natural, 23, 24; 14, 28, para comprobar que los antiguos usaron este método (ibid.).
4) Por la fumigación sulfurosa. Baker explica: «Los antiguos quemaron el anhídrido sulfuroso en el espacio vacío por encima de la superficie del jugo de la uva en jarros. El anhídrido sulfuroso entonces se absorbió el oxígeno, lo cual previno la formación de los gérmenes del gisto vivo. Se sellaron los jarros del jugo mientras todavía se quemaba el anhídrido sulfuroso para asegurar la ausencia del oxígeno en los jarros» (Doug Baker, http://www.builders-of-faith.org/page9.html Remove fr., 30/01/03, citando John Kitto, Cyclopedia of Biblical Literature [Enciclopedia de la Literatura Bíblica], 1845, ed., s.v. “Wine” [Vino], vol. 2, p. 956. De acuerdo con Plinio, los romanos practicaron eso, incluso usando el azufre contenido en los yugos del huevo, y otros materiales (citado en por Adams, Roman Antiquities [Antigüedades Romanas], en Patton, Vinos en la Biblia, p. 39).
Se puede aumentar mucha más evidencia al respecto. El punto es que, es simplemente un mito sin fundamento la idea que los antiguos no pudieron preservar el jugo de la uva en un estado no-fermentado. Este mito no debe de influir en nuestra decisión acerca de lo que Cristo probablemente tuvo en su mano para ordenar la Sagrada Cena.
Otra objeción que se oye, a veces, es que la prohibición contra el seor (levadura) y el chametz (el leudado) en la casa durante la pascua excluiría el jugo no-fermentado, puesto que todavía tiene la levadura, o sea el gisto vivo y natural, que causa la fermentación. Pero, esto es una objeción trivial. La verdad es que el vino fermentado es producto del proceso de leudar el jugo. Por eso, es una forma del leudado (chametz). En el mismo sentido que haya gérmenes del gisto vivo en la cáscara de la uva y el jugo expreso, hay gérmenes del gisto en cualquier comida, puesta que el gisto se moviliza por el aire. Eso no fue el sentido en el cual fue prohibido la levadura o el leudado. Ya hemos visto como Maimonides y Bartenora del siglo 12 opinaron que la prohibición del chametz sólo se extendió a las bebidas hechas de granos y no de aquellas hechas de frutos, porque «el licor del fruto no engendra la fermentación, sino la acidez» (Chametz Vematzah, 5,1, 2, citado en Bacchiocchi...) Claro, que estuvieron equivocados sobre este punto, pero por lo menos creyeron que la prohibición contra el chametz (el leudado) en la casa sí aplicó a las bebidas hechas de los granos fermentados. Nosotros deseamos ser más consecuentes y aplicar la prohibición a las bebidas hechas de los frutos también, incluso las uvas, porque entendemos mejor que ellos la ciencia involucrada. Estamos convencidos que Cristo conocía esa ciencia también al aplicar la prohibición del chametz (el leudado) en contra del vino alcohólico. El mero hecho que hubo gérmenes de gisto sobre la uva o en el jugo no quiso decir que fue considerado el chametz por los judíos antiguos, igual que la presencia de tales gérmenes llevados por el aire sobre la carne del cordero no la excluyó de la casa.
Y otra objeción que se oye, a veces, es que Pablo les amonestó a los corintios a no abusar la Cena del Señor en 1 Corintios 11:19-20. En este contexto, describió uno de sus abusos así: «Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga» (v. 21). En primer lugar, lo que hacían los corintios en este contexto fue un desvío de las instrucciones que Pablo había entregado. Aun si estaban usando un vino intoxicante, no sería un ejemplo seguro para nosotros, tampoco indicio que Jesús lo usaba en la Ultima Cena. En segundo lugar, algunos eruditos han mencionado la posibilidad que methuo (una forma de la cual es la palabra griega aquí traducida «se embriaga») puede ser traducida «saciado» (como, por ejemplo, el Dr. Samuele Bacchiocchi, en una carta personal enviada por el correo electrónico a su servidor, 19/01/03; además, es cierto que la palabra methuo fue usada varias veces en la Septuiginta, la traducción del Antiguo Testamento en el griego, en el sentido de estar saciado o harto, véase Salmo 36:8, «serán completamente saciados (methuo)...»; Salmo 65:10, «haces que se empapen (methuo) sus surcos...»; Cant. 5:1; Jer. 31:14, etc.). Esta traducción cuadra bien con el contexto en que «cada uno se adelanta a tomar su propia cena» (v. 21), una acción que refleja la indulgencia de parte de esos cristianos desviados. Entonces, no tenemos la evidencia aquí que los primeros cristianos solían de usar el vino fermentado.
Con certeza absoluta se puede decir que el vino usado por Jesús en esta ocasión no era fermentado. Esta afirmación es concluyente de la Biblia por lo siguiente:
En la ceremonia de la Pascua no debía haber fermento en ningún compartimiento de la casa, ya que este es el símbolo del pecado. Si los panes ázimos no contenían ningún fermento, como el propio nombre lo indica, es fácil concluir que el vino también no podía contener fermento. La lectura de los siguientes pasajes nos llevan a esta conclusión: Gen. 19:3; Exo. 13:6-7; Lev. 23:5-8; Luc. 22:1. Tanto el vino de la cena como el de las bodas de Caná de la Galilea no era fermentado, porque Jesús jamás aceptaría usar aquello que tan fuertemente es condenado en la Biblia.
Todas las Iglesias tradicionales conservan la costumbre de usar vino sin fermento para simbolizar la sangre de Cristo, ofrecida por nosotros en la cruz, para remisión de nuestros pecados.

En La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días (mormones), celebramos todos los domingos en El Día del Señor lo que llamamos la Santa Cena, el cúal utilizamos el pan y el agua como representanción , y renovamos los convenios que tomamos cuando nos bautizamos y recordad lo que nuestro Señor Jesucristo hizo por nosotros y lo que simboliza todo esto. Les invitamos a que nos acompañe cada Domingo a participar en nuestras Reuniones Sacramentales y pueda sentir ese maravilloso espíritu de paz y amor en nuestro Salvador y Redentro Jesucristo.

domingo, 13 de enero de 2013

COMO OBTENER RESPUESTAS A NUESTRAS ORACIONES


" Como Obtener Respuestas a Nuestras Oraciónes " de Gene R. Cook.

20080125034409-respora.gif
Una de las claves del éxito en cada una de estas cosas es la oración. Cuando comenzamos a aprender cómo obtener respuestas a nuestras oraciones, podemos recurrir al poder y a la bondad del Señor para que nos ayude en nuestra existencia. Pero si nuestras oraciones son ineficaces o no aprendemos a depender del Señor, solemos entonces quedar supeditados a nuestros propios recursos.
En ocasiones quizás alguna persona diga: "Yo trato de orar, pero el Señor no me habla. Yo sé que Él vive y que me ama, pero no contesta mis oraciones. Probablemente quiera que yo viva por mí mismo, sin Su ayuda".
Es cierto que el Señor desea que ejerzamos constantemente nuestro propio albedrío para hacer el bien, madurar, desarrollarnos, aprender a obrar por nosotros mismos y no que alguien lo haga por nosotros. Sin embargo, Él nos ha prometido a cada uno el don de poder ser guiados por el Espíritu Santo. Ha prometido ayudarnos en cada aspecto de nuestra vida, si sólo se lo permitimos.
Yo creo firmemente que el problema nunca se debe al Señor cuando no recibimos respuestas a nuestras oraciones. Él es constante y verídico; nunca deja de cumplir Sus promesas. En realidad, la falta es nuestra.
Esta es parte de la introducción de este hermoso libro de Gene R. Cook que da la luz necesaria para que nuestras oraciónes sean una herramienta más eficaz en nuestra relación con Nuestro Padre Celestial sin más palabras espero que lo disfruten.
Descargar "Como Obtener Respuestas a nuestras oraciones"

martes, 8 de enero de 2013

MORMONISMO: 101 PREGUNTAS FRECUENTES


Se puede encontrar miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en todos los niveles de la sociedad; en los negocios y en la caridad, educación y ciencia, partidos políticos y gobierno, la industria del entretenimiento y los medios noticiosos.
Al describir el carácter de los Santos de los Últimos Días, la revista Newsweek(artículo en inglés) escribió: “independientemente de cómo viven los mormones, ellos se ven a sí mismos como parte de una red de preocupación mutua; en la teología mormona todos son ministros de alguna manera, todos tienen la facultad de alguna forma de hacer el bien a los demás, y que hagan el bien para ellos; es un convenio de protección del siglo 21. Esta protección no está limitada solamente a los miembros de la Iglesia, sino que se extiende aún más allá”.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la cuarta iglesia cristiana más grande en los Estados Unidos. Más de la mitad de sus 14 millones de miembros viven fuera de los Estados Unidos. Aun así, a pesar del crecimiento y la presencia de la fe, los resultados de las encuestas continúan demostrando que relativamente pocas personas están familiarizadas con las creencias mormonas.
Como institución, la Iglesia tiene la responsabilidad de articular pública y claramente sus enseñanzas oficiales. A su vez, los reporteros pueden ayudar a informar al público con reportajes precisos sobre estas doctrinas. Pero al hacer esto los periodistas deben ser conscientes de algunos errores comunes. Por ejemplo, los reporteros presionados por el tiempo tienden a tomar aspectos periféricos de la fe y los ponen al frente y al centro como si fueran principios fundamentales de las creencias. Además, los comentaristas sinceros a menudo ponen demasiado énfasis en lo que otros ven “diferente” acerca de los Santos de los Últimos Días a expensas de resaltar las doctrinas más fundamentales de la Iglesia en sus reportes. Desafortunadamente, como tantos miembros dan fe, este tipo de periodismo difunde una imagen distorsionada de la Iglesia y continúa confundiendo al público.
A pesar de estas complicaciones, la Iglesia saluda a la investigación honesta de toda clase de medios de comunicación. La Iglesia espera que los periodistas sean precisos y honestos y se enfoquen en la fe como es vivida y creída por sus miembros. La Iglesia rechaza el periodismo sensacionalista y engañoso que acentúa ideas abstractas que no reflejan las creencias, enseñanzas y prácticas de la membresía global de la Iglesia.
¿Cuáles son las creencias básicas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días?
El fundador de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, José Smith, escribió, “Los principios fundamentales de nuestra religión son… concernientes a Jesucristo: que murió, fue sepultado, se levantó al tercer día y ascendió a los cielos; y todas las otras cosas que pertenecen a nuestra religión son únicamente dependencias de esto”.
In addition to the above, Latter-day Saints believe unequivocally that:
Además de lo anterior, los Santos de los Últimos Días creen inequívocamente que:
1.     Jesucristo es el Salvador del mundo y el Hijo de nuestro amoroso Padre Celestial.
2.     La Expiación de Cristo permite que la humanidad sea salvada de sus pecados y que regrese a vivir con Dios y sus familias por siempre.
3.    La Iglesia original de Cristo como se describe en el Nuevo Testamento ha sido restaurada en los tiempos modernos.
1. Jesucristo es el Salvador del mundo y el Hijo de nuestro amoroso Padre Celestial.
Los Santos de los Últimos Días creen que Dios envió a Su Hijo, Jesucristo, para salvar a toda la humanidad de sus pecados (ver Juan 3:16). Dios es un Padre Celestial amoroso que conoce a Sus hijos individualmente, escucha y contesta sus oraciones, y siente compasión por ellos. El Padre Celestial y Su Hijo, Jesucristo, son dos seres separados pero junto con el Espíritu Santo son uno en voluntad, propósito y amor.
Los Santos de los Últimos Días adoran a Jesucristo como su Salvador y Redentor. Él es parte central para la vida de los miembros de la Iglesia. Aceptan Su gracia y misericordia; buscan seguir Su ejemplo siendo bautizados (ver Mateo 3:13-17), orando en Su santo nombre (ver Mateo 6:9-13), participando de los sacramentos (comunión) (ver Lucas 22:19-20), haciendo el bien a los demás (ver Hechos 10:38) y compartiendo su testimonio de Él por medio de la palabra y obra (ver Santiago 2:26).
2. La Expiación de Cristo permite que la humanidad sea salvada de sus pecados y que regrese a vivir con Dios y sus familias por siempre.
Los Santos de los Últimos Días creen que Dios tiene un plan para Sus hijos para que vuelvan a vivir con Él y se vuelvan “coherederos con Cristo” (Romanos 8:17). Para los miembros de la Iglesia, el sacrificio de Jesucristo es fundamental para el plan de Dios para nuestra felicidad. Aunque los humanos cometen errores y pecados, los mormones ven su vida mortal como una oportunidad para progresar y aprender. Siguiendo las enseñanzas de Cristo, aceptando Su misericordia y aceptando el bautismo y otros sacramentos, los mormones creen que son purificados del pecado por medio de la gracia de Cristo y pueden regresar a vivir con Dios y sus familias para siempre.
3. La Iglesia original de Cristo como se describe en el Nuevo Testamento ha sido restaurada en los tiempos modernos.
Los miembros creen que Cristo estableció Su Iglesia antiguamente en el “fundamento de los apóstoles y profetas” (Efesios 2:20; ver también Efesios 4:11-14) con “una fe [y] un bautismo” (Efesios 4:5). Creen que este fundamento de “una fe” fue gradualmente socavada tras la muerte de los apóstoles de Cristo. Como resultado, la fundación original de la autoridad para dirigir la Iglesia se perdió y debía ser restaurada (ver Hechos 3:21). Hoy, los miembros predican que el Señor indudablemente ha restaurado Su Iglesia con apóstoles y profetas vivientes, iniciando con el profeta fundador de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, José Smith.
Los miembros de la Iglesia comprenden que las familias son la unidad más importante de la sociedad. Por consiguiente, a aquellos que siguen a Cristo y guardan Sus mandamientos se les promete vivir con sus familias para siempre en relaciones eternas divinamente instituidas.
Preguntas Frecuentes
Introducción
La experiencia religiosa de los miembros está basada en un testimonio espiritual de Dios que inspira el corazón y la mente, creando una relación interpersonal directamente con Dios. El rol de la Iglesia es ayudar a sus miembros en su travesía para seguir las enseñanzas de Cristo. Además, las doctrinas fundamentales de la Iglesia se esfuerzan en todos los casos de alinearse con las enseñanzas de Cristo como se indican en la Biblia y otras escrituras sagradas, incluyendo el Libro de Mormón.
Los Santos de los Últimos días creen que las enseñanzas de la Iglesia basadas en el espíritu cambian vidas al motivar a la gente a volverse más semejantes al Salvador. El presidente Boyd K. Packer del quorum de los doce apóstoles enseñó, “Doctrina, entendimiento, cambios de actitud y conducta verdaderos”.
Con este entendimiento en mente, la siguiente serie de respuestas a preguntas frecuentes sobre las enseñanzas de la Iglesia debería ayudar aún más a iluminar lo que creen los Santos de los Últimos Días. La lista de preguntas no es exhaustiva pero representa algunas de las inquietudes más comunes de los medios noticiosos.
¿Son cristianos los mormones?
Sí, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es una iglesia cristiana pero no es católica ni protestante. Más bien, es la restauración de la Iglesia de Jesucristo como la estableció originalmente el Salvador en el Nuevo Testamento de la Biblia. La Iglesia no acepta los credos que se desarrollaron en los siglos III y IV que ahora son fundamentales para muchas otras iglesias cristianas.
Los Santos de los Últimos Días creen que Dios envió a Su Hijo, Jesucristo, para salvar a toda la humanidad de la muerte y sus pecados individuales. Jesucristo es parte fundamental de la vida de los miembros de la Iglesia. Buscan seguir Su ejemplo siendo bautizados (ver Mateo 3:13-17), orando en Su santo nombre (ver Mateo 6:9-13), participando de los sacramentos (comunión)(ver Lucas 22:19-20), haciendo el bien a los demás (ver Hechos 10:38) y compartiendo su testimonio de Él por medio de la palabra y obra (ver Santiago 2:26). El único camino a la salvación es por medio de la fe en Jesucristo.
¿Qué creen los mormones acerca de Dios?
Dios es mencionado con frecuencia en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días como nuestro Padre Celestial debido a que Él es el Padre todos los espíritus humanos y éstos son creados a Su imagen (ver Génesis 1:27). Es un término apropiado para Dios que es amable y justo, que todo lo sabe y todo lo puede. Dios el Padre, Su Hijo, Jesucristo y el Espíritu Santo constituyen la divinidad o trinidad para los mormones. Los Santos de los Últimos Días creen que Dios tiene un cuerpo, aunque Su cuerpo es perfecto y glorificado.
¿Los mormones creen en la trinidad?
Los mormones más comúnmente utilizan el término “deidad” para referirse a la trinidad. El primer artículo de fe para los Santos de los Últimos Días dice: “Creemos en Dios, el Eterno Padre, en Su Hijo, Jesucristo y en el Espíritu Santo”. Los Santos de los Últimos Días creen que Dios el Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo son uno en voluntad y propósito pero no son literalmente el mismo ser o sustancia, como lo implican los conceptos de la santa trinidad comúnmente.
¿Cuál es la visión mormona del propósito de la vida?
Para los Santos de los Últimos Días, la existencia mortal está vista en el contexto de una gran parte de la historia, desde una vida Preterrenal donde los espíritus de toda la humanidad vivieron con el Padre Celestial hasta una vida futura en Su presencia donde tendrá lugar el crecimiento, el aprendizaje y el mejoramiento continuo. La vida en la tierra se considera como un estado temporal en el cual los hombres y mujeres son juzgados y probados; y donde obtienen experiencias que no es posible obtener en ningún otro lugar. Dios sabía que los humanos cometerían errores, así que proporcionó un Salvador, Jesucristo, que tomaría sobre Sí los pecados del mundo. Para los miembros de la Iglesia, la muerte física en la tierra no es el final sino el principio del siguiente paso en el plan de Dios para Sus hijos.
¿Los mormones creen en la Biblia?
Sí, la Iglesia venera a la Biblia como la palabra de Dios, un volumen sagrado de escrituras. Los Santos de los Últimos Días valoran sus enseñanzas y participan en un estudio durante toda la vida de su sabiduría divina. Es más, durante los servicios de adoración se reflexiona y debate sobre la Biblia. Los libros de escrituras adicionales, que incluyen el Libro de Mormón, fortalecen y refuerzan las enseñanzas de Dios por medio de testimonios adicionales y proporcionan relatos motivadores de experiencias personales que muchas personas tuvieron con Jesucristo. De acuerdo con el apóstol de la Iglesia, M. Russell Ballard, “El Libro de Mormón no diluye, disminuye ni le resta importancia a la Biblia. Por el contrario, la expande, extiende y exalta”.
¿Qué es el Libro de Mormón?
Además del Antiguo y el Nuevo Testamento de la Biblia, el Libro de Mormón es otro testamento de Jesucristo. Contiene los escritos de antiguos profetas, brindando un relato de los convenios de Dios con los pueblos del continente americano. Para los Santos de los Últimos Días, va de la mano con el Antiguo y el Nuevo Testamento de la Biblia como escritura sagrada.
¿Qué es un templo mormón?
Los templos existieron a lo largo de los tiempos bíblicos. Estas edificaciones fueron consideradas la casa del Señor (ver 2 Crónicas 2:1-5). Los templos Santos de los Últimos Días son considerados también casas del Señor por los miembros de la Iglesia.
Para los Santos de los Últimos días, los templos son lugares sagrados en los que aprenden acerca del papel fundamental de Cristo en el plan de salvación de Dios y su relación personal con Dios.
En los templos, los miembros de la Iglesia hacen convenios con Dios de vivir una vida virtuosa y fiel. También ofrecen sacramentos en nombre de sus antepasados fallecidos
Los templos mormones también son utilizados para realizar ceremonias matrimoniales que prometen a los fieles la vida eterna con sus familias. Para los miembros de la Iglesia la familia es de gran importancia.
¿Los Santos de los Últimos Días creen en profetas de tiempos modernos?
Sí, la Iglesia es dirigida hoy en día por apóstoles, reflejando la manera en que Jesús organizó Su Iglesia en tiempos bíblicos. Tres apóstoles constituyen la Primera Presidencia (conformada por el presidente o profeta de la Iglesia y sus dos consejeros), y, junto con el Quorum de los Doce Apóstoles, tienen la responsabilidad de dirigir la Iglesia en todo el mundo y servir como testigos especiales del Señor Jesucristo. Cada uno es aceptado por los miembros de la Iglesia en un papel profético equivalente al de los apóstoles en la Biblia.
¿Los Santos de los Últimos Días creen que los apóstoles reciben revelación de Dios?
Sí. Cuando los Santos de los Últimos Días hablan con Dios, lo llaman oración. Cuando Dios contesta por medio de la influencia del Espíritu Santo los miembros se refieren a esto como revelación. La revelación, en todo su significado, es guía o inspiración divina; es la comunicación de la verdad y el conocimiento de Dios a Sus hijos en la tierra, adaptado a su lenguaje y comprensión. Simplemente significa revelar algo que aún no se conocía. La Biblia ilustra diferentes tipos de revelación, que van desde visiones dramáticas hasta sentimientos sutiles; desde la “zarza ardiente” hasta la “apacible y delicada voz”. Los mormones generalmente creen que la guía divina llega silenciosamente, tomando la forma de impresiones, pensamientos y sentimientos llevados por el Espíritu de Dios.
Más a menudo, la revelación se desarrolla como un diálogo continuo y en oración con Dios: Surge un problema, se estudian sus dimensiones, se hace la pregunta, y si tenemos la fe suficiente, Dios nos lleva a las respuestas, ya sea parcial o completa. Aunque finalmente es una experiencia espiritual, la revelación también requiere cuidadosa reflexión. Dios nos da simplemente información. Él espera que intentemos resolver las cosas por medio de la oración, investigación y la reflexión.
La Primera Presidencia (conformada por el presidente o profeta de la Iglesia y sus dos consejeros) y los miembros del Quorum de los Doce Apóstoles reciben inspiración para dirigir la Iglesia en conjunto. Las personas también son inspiradas con revelación concerniente a cómo dirigir sus vidas y ayudar a servir a los demás.
¿Las mujeres mormonas lideran en la Iglesia?
Sí. Todas las mujeres son hijas de un amoroso Padre Celestial. Las mujeres y los hombres son iguales a la vista de Dios. La Biblia dice, “Ya no hay judío, ni griego; no hay esclavo, ni libre; no hay varón, ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28). En la familia, una esposa y un esposo conforman una sociedad equitativa para dirigir y formar una familia.
Desde el principio de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días las mujeres han jugado un papel integral en la obra de la Iglesia. Mientras los hombres dignos poseen el sacerdocio, las mujeres dignas sirven como líderes, consejeras, misioneras, maestras, y en muchas otras responsabilidades; habitualmente predican desde el púlpito y dirigen oraciones congregacionales en servicios de adoración. Sirven tanto en la Iglesia como en sus comunidades locales y contribuyen al mundo como líderes en una variedad de profesiones. Su contribución vital y única para criar hijos es considerada una responsabilidad importante y un privilegio especial de igual importancia que las responsabilidades del sacerdocio.
¿Los Santos de los Últimos Días creen que pueden convertirse en “dioses”?
Los Santos de los Últimos Días creen que Dios quiere que nos volvamos como Él. Pero esta enseñanza es a menudo mal representada por aquellos que caricaturizan la fe. La creencia de los Santos de los Últimos Días no es diferente a la enseñanza bíblica, la cual declara, “Porque el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados” (Romanos 8:16-17). Por medio de seguir las enseñanzas de Cristo, los Santos de los Últimos Días creen que todas las personas pueden convertirse en “participantes de la naturaleza divina” (2 Pedro 1:4).
¿Los Santos de los Últimos Días creen que llegarán a “tener su propio planeta”?
No. Esta idea no se enseña en las escrituras Santas de los Últimos Días, ni es una doctrina de la Iglesia. Esta equivocación se origina de comentarios especulativos irreflexivos sobre doctrinas de escrituras. Los mormones creen que todos somos hijos e hijas de Dios y que todos nosotros tenemos el potencial de desarrollarnos durante y después de esta vida para volvernos como nuestro Padre Celestial (ver Romanos 8:16-17). La Iglesia no supone y nunca ha supuesto comprender a la totalidad las especificaciones de la declaración de Cristo cuando dijo “en la casa de mi Padre muchas moradas hay” (Juan 14:2).
¿Algunos Santos de los Últimos Días usan “garments” (prendas) del templo?
Sí. En nuestro mundo de diversa observación religiosa, muchas personas de fe usan prendas especiales como recordatorio de creencias y compromisos sagrados. Esta ha sido una práctica común a lo largo de la historia. Hoy, los miembros adultos fieles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días usan gárments del templo. Estos gárments son ropa interior simple y blanca compuesta de dos piezas: una superior similar a una camiseta y una pieza inferior similar a unos pantalones semilargos. No a diferencia del tallit katan judío (manta de oración), estos garments son utilizados debajo de las prendas normales. Los garments del templo sirven como un recordatorio personal de los convenios hechos con Dios de llevar vidas buenas, honorables a semejanza de Cristo. El uso de garments del templo es una expresión externa de un compromiso interno de seguir al Salvador.
Las escrituras bíblicas contienen muchas referencias al uso de prendas especiales. En el Antiguo Testamento los israelitas son instruidos específicamente a convertir sus prendas en recordatorios personales de sus convenios con Dios (ver Números 15:37-41). Indudablemente, para algunos, la vestimenta religiosa ha sido siempre una parte importante de la integración de la adoración con la vida diaria. Tales prácticas resuenan en los Santos de los Últimos Días hoy en día.
Debido a la naturaleza personal y religiosa del gárment del templo, la Iglesia pide a todos los medios reportar sobre el tema con respeto, tratando a los garments del templo Santo de los Últimos Días como lo harían con las vestimentas religiosas de otras religiones. Ridiculizar o sacar a la luz las vestimentas sagradas es altamente ofensivo para los Santos de los Últimos Días.
¿Los Santos de los Últimos Días practican la poligamia?
No. Hay más de 14 millones de miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y ninguno de ellos es polígamo. La práctica de la poligamia está estrictamente prohibida en la Iglesia. La norma general del matrimonio en la Iglesia ha sido siempre la monogamia, como lo indica el Libro de Mormón (ver Jacob 2:27). Durante períodos en la Biblia la poligamia era practicada por los patriarcas Abraham y Jacob, así como el rey David y Salomón. Fue practicada nuevamente por una minoría de Santos de los Últimos Días en los primeros años de la Iglesia. La poligamia fue oficialmente descontinuada en 1890; hace 122 años. Aquellos que practican la poligamia hoy en día no tienen nada que ver con la Iglesia.
¿Cuál es la posición de la Iglesia con respecto a las relaciones entre razas?
El evangelio de Jesucristo es para todos. El Libro de Mormón declara, “negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres;…todos son iguales ante Dios” (2 Nefi 26:33). Esta es la enseñanza oficial de la Iglesia.
La gente de todas las razas siempre ha sido bienvenida y bautizada en la Iglesia desde sus inicios. De hecho, al final de su vida en 1844, José Smith, el profeta fundador de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se opuso a la esclavitud. Durante este tiempo algunos varones negros fueron ordenados al sacerdocio. En algún punto la Iglesia paró de ordenar a los miembros varones descendientes de africanos, aunque hubo algunas excepciones. No se sabe precisamente por qué, cómo o cuándo esta restricción empezó en la Iglesia, pero ha terminado. Los líderes de la Iglesia buscaron guía divina con respecto a este tema y hace más de tres décadas extendieron el sacerdocio a todos los miembros varones dignos. La Iglesia inmediatamente empezó a ordenar a los miembros a los oficios del sacerdocio donde fuera que asistieran en todo el mundo.
La Iglesia inequívocamente condena el racismo, incluyendo cualquier y todo racismo demostrado por personas tanto dentro como fuera de la Iglesia. En el 2006, el entonces presidente de la Iglesia, Gordon B. Hinckley declaró que “nadie que haga comentarios ofensivos en cuanto a las personas de otra raza se puede considerar un verdadero discípulo de Cristo, ni tampoco puede considerar que esté en armonía con las enseñanzas de la Iglesia de Cristo. Reconozcamos que cada uno de nosotros es un hijo o una hija de nuestro Padre Celestial que ama a todos Sus hijos”.
¿Los mormones creen que el Jardín del Edén está en Missouri?
No sabemos con exactitud dónde es la ubicación original del Jardín del Edén. Aunque no es una doctrina importante o fundamental, José Smith estableció una declaración en el condado Davies, Missouri, y enseñó que el Jardín del Edén estuvo en algún lugar de esa área. Al igual que conocer el número exacto de animales en el arca de Noé, saber la ubicación exacta del Jardín del Edén es mucho menos importante para la salvación que el que uno crea en la Expiación de Jesucristo.
¿Por qué ustedes se “bautizan por los muertos”?
Jesucristo enseñó que “el que no naciere de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5). Para aquellos que han fallecido sin la ordenanza del bautismo, el bautismo vicario por los muertos es una ofrenda libre y voluntaria. De acuerdo con la doctrina de la Iglesia, un alma difunta en el más allá es completamente libre de aceptar o rechazar el bautismo; la ofrenda es dada libremente y debe ser recibida igual. La ordenanza no fuerza a las personas fallecidas a convertirse en miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días o “mormones”, ni la Iglesia anota a las personas fallecidas como miembros de la Iglesia, En resumen, no hay un cambio en la religión o la herencia del receptor o de los descendientes del receptor; la noción de la conversión forzada es totalmente contraria a la doctrina de la Iglesia.
Por supuesto, el bautismo vicario por los muertos no es nada nuevo. Fue mencionado por Pablo en el Nuevo Testamento (ver 1 Corintios 15:29) y fue practicado por grupos de primeros cristianos. Como parte de la restauración de la cristiandad del Nuevo Testamento, los Santos de los Últimos Días continúan esta práctica. Todos los miembros de la Iglesia son instruidos de enviar los nombres para el bautismo vicario sólo para sus propios parientes fallecidos como una ofrenda de amor familiar.
¿Por qué la Iglesia envía misioneros?
Los esfuerzos misionales de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se basan en el patrón del Nuevo Testamento de misioneros sirviendo en pares, enseñando el evangelio y bautizando a los creyentes en el nombre de Jesucristo (ver, por ejemplo, la obra de Pedro y Juan en el libro de Hechos). Más de 52,000 misioneros, la mayoría de los cuales son menores de 25 años, están sirviendo en misiones para la Iglesia simultáneamente. La obra misional es voluntaria, con la mayoría de misioneros costeando sus propias misiones. Reciben su asignación de la sede de la Iglesia y son enviados sólo a países con gobiernos que permiten que opere la Iglesia. En algunas partes del mundo, los misioneros son enviados sólo para servir en otras misiones humanitarias o especializadas.
¿Por qué los mormones no fuman ni beben alcohol?
El código de salud para los Santos de los Últimos Días se basa en una enseñanza con respecto a los alimentos que son saludables y sustancias que no son buenas para el cuerpo humano. Por consiguiente, el alcohol, el tabaco, el té, el café y las drogas ilegales están prohibidos. Un estudio de 14 años de la UCLA, terminado en 1997, rastreó las tasas de mortalidad y las prácticas de salud de 10,000 miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en California, indicando que los miembros de la Iglesia que se adhieren al código de salud tienen uno de los índices de mortalidad más bajos por cáncer y enfermedades cardiovasculares en los Estados Unidos. También se encontró que los miembros de la Iglesia que siguen el código tenían una expectativa de vida de 8 a 11 años más que la población general blanca de los Estados Unidos.
FUENTE: http://bibliamormona.com/contact/mormonismo-101-preguntas-frecuentes